Un verdadero
compromiso duradero
Nuestro credo consiste en dejar el mundo en el mejor estado posible para las próximas generaciones.
Es la razón por la cual consentimos inversiones importantes con el fin de reducir al máximo nuestra huella ecológica: paneles fotovoltaicos, turbinas eólicas, recuperación de la energía producto de la elaboración de la cerveza, una nueva línea de embotellado que consume menos energía, recojo de la leche de la región…
No faltan ejemplos.
Nuestra existencia la debemos a todo lo que la naturaleza nos da. Debemos conservarla lo mejor que podamos.
La fundación
Chimay-Wartoise
Esta fundación de utilidad pública fue creada en 1996, a iniciativa de la comunidad monástica de la abadía de Scourmont.
Deseosa de separar su vocación monástica de las preocupaciones económicas generadas por el desarrollo de las empresas que había establecido (cervecería, quesería, albergue…), la Comunidad de monjes de Scourmont entonces hizo un aporte a la Fundación de las acciones de sus compañías.